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A baby being fed milk from bottle

¿Los bebés pueden tener intolerancia a la lactosa?

La intolerancia a la lactosa es la incapacidad para digerir la lactosa, un tipo de azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos. Se presenta cuando el intestino delgado no produce suficiente enzima lactasa. Las enzimas le ayudan al cuerpo a absorber los alimentos. El hecho de no tener suficiente lactasa se denomina deficiencia de lactasa. Los cuerpos de los bebés producen esta enzima, de tal forma que pueden digerir la leche, incluyendo la leche materna.

¿Los bebés pueden ser intolerantes?

Los bebés prematuros suelen tener un sistema digestivo inmaduro y algunas veces tienen intolerancia a la lactosa. El mejor alimento para el bebé prematuro es la leche materna. Los niños nacidos a término generalmente no muestran signos de esta intolerancia hasta que tienen al menos 3 años de edad. Puede manifestarse en diversos momentos de la vida.

Es importante mencionar que puede haber niños con intolerancia a la lactosa primaria y es una enfermedad genética que se manifiesta desde que nacen.  La otra causa es la secundaria, por alguna enfermedad que cause una intolerancia pero que generalmente es transitoria.

¿Qué síntomas característicos presentan los niños y bebés con intolerancia a la lactosa?

Los síntomas se presentan frecuentemente de 30 minutos a dos horas después de comer o beber productos lácteos y, a menudo, se alivian no ingiriendo estos productos. Las dosis grandes de productos lácteos pueden causar síntomas peores como distensión abdominal, cólicos abdominales, diarrea, gases o flatulencia, náuseas e incluso crecimiento lento o pérdida de peso.

¿Mi hijo puede tomar jugos de fruta?

Acualmente la Academia Americana de Pediatria recomienda que los niños menores de 1 año no deben consumir jugo de frutas.  Las frutas frescas son mejores para los niños menores de 1 año  porque proporcionan fibra dietética y tienen menos azúcar que el jugo.

Según sugieren las investigaciones, se debe limitar el consumo de jugos100 % de fruta puros y pueden ser parte de la dieta de los niños mayores de 1 año de edad formando parte de una dieta bien equilibrada y que no afecta el peso de los niños.

Si bien los jugos de fruta puros y las bebidas de fruta endulzadas pueden tener cantidades similares de calorías, tu hijo obtendrá más nutrientes y menos aditivos de los jugos puros.

Para asegurarte de que tu hijo no consuma demasiado jugo, considera estos límites:

  • Desde el nacimiento hasta los 12 meses. No le des ningún jugo de fruta, a menos que te lo indiquen para aliviar el estreñimiento.
  • De 1 a 3 años. Hasta 4 onzas (118 mililitros) por día. Para prevenir las caries dentales, sirve el jugo en un vaso (no en un biberón) y trata de que tu hijo beba el jugo rápido.
  • De 4 a 6 años. De 4 a 6 onzas (de 118 a 177 mililitros) por día.
  • De 7 a 18 años. Hasta 8 onzas (237 mililitros) por día o 1 taza de la porción diaria recomendada de 2 a 2 1/2 tazas de frutas.
  • Los niños pequeños no se les debe dar jugo en biberones o en vasos (que les permiten consumir y llevar el jugo fácilmente a todas partes durante el día. La excesiva exposición a carbohidratos en los dientes también puede producir caries dentales. No se les debe dar jugo a los niños a la hora de ir a dormir.

Una taza de jugo de fruta puro equivale a 1 taza de fruta. Sin embargo, el jugo no tiene la fibra de las frutas enteras y puede consumirse más rápido. Si bien, para la mayoría de los niños, es aceptable consumir cantidades moderadas de jugos de fruta todos los días, recuerda que las frutas enteras son una opción mejor.

Los bebés que toman pecho: ¿Necesitan tomar agua?

Según datos de Organización Mundial de la Salud, los niños menores de 6 meses deben ser hidratados únicamente con leche materna. Los bebés menores de 6 meses que toman pecho lo hacen, según la recomendación, de manera exclusiva. De manera exclusiva y a demanda, y esto quiere decir que no necesitan ninguna fuente externa de agua porque toda la que necesitan la reciben de la leche materna.

La leche materna está compuesta en un 88% de agua, así que cuando un bebé come, además está bebiendo agua, se está hidratando y nutriendo a la vez y por eso no hay que darle más de la que recibe con el pecho.

Se considera que un niño recibe lactancia materna exclusiva cuando solo recibe leche materna, sin que se añada a su dieta ninguna otra comida o bebida, a excepción de la solución de rehidratación oral, gotas o jarabes de vitaminas, minerales o medicamentos indicados por su médico. La lactancia exclusiva debería durar los primeros seis meses de vida. Posterior a ello, se pueden añadir otros alimentos a la dieta del bebé.

Mi Hijo es un “Mal Comedor”

El rechazo a la alimentación, llamados por mucho niños “malcomedores” es uno de los principales motivos de consulta.  Los padres lo refieren habitualmente como “mi hijo no come nada”. Se estima que hasta un 25% de los niños sufren de algún trastorno de la alimentación, generando gran preocupación y angustia a sus padres.

El acto de comer es una conducta que algunos estudios indican que aprendemos principalmente en los primeros cinco años de vida basada en experiencias vividas y en creencias culturales. 

En general, la negativa a comer corresponde únicamente a un fenómeno conductual del desarrollo de la alimentación que debemos conocer y detectar de manera precoz para evitar el desarrollo de trastornos más complejos.  Los niños necesitan nutrientes para el crecimiento y el desarrollo rápido en los primeros años de vida, las consecuencias de la nutrición inadecuada en la infancia pueden ser serias. 

Los niños que no consiguen una nutrición completa y balanceada durante largos períodos pueden experimentar deficiencias nutricionales, falta de crecimiento y desarrollo cognoscitivo, así como comprometer la función inmune con un mayor riesgo de enfermedades infecciosas.

También existen algunas patologías que ocasionan disminución del apetito y es primordial identificarlas para llevar a cabo el tratamiento adecuado. En cualquier caso esta “falta de apetito” puede no tener repercusiones clínicas (lo más habitual) o expresarse como un retraso de crecimiento que implique un correcto manejo nutricional además del abordaje conductual.

Algunos Tips para practicar en casa:

• Fomente el hábito de comer en la mesa y en familia. Comer es una actividad de sociabilización. Hay que compartir con los niños y explicarles que deben comer para crecer sanos.

• Provea una alimentación variada. Deben incorporar alimentos nuevos para que se acostumbren a probarlos.

• Reduzca la ingesta de harinas y cereales no integrales. Mantenga siempre presentes las verduras, frutas y carnes de todo tipo.

• Dígales no a los alimentos ricos en energía, a los azúcares refinados, a las grasas y a las gaseosas. Estos productos se deben consumir solo ocasionalmente. 

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Intolerancia al gluten

La cantidad de desordenes asociados al gluten ha aumentado en los últimos años. Los cuales pueden ser atribuidos a los cambios globales en los hábitos alimentarios.  En la última década, ha cobrado mayor interés la existencia de un cuadro clínico muy similar al de la enfermedad celíaca, que no se ajusta a los criterios tradicionales de diagnóstico.

En la actualidad, se supone que el gluten condiciona múltiples patologías. La más estudiada y mejor conocida es la enfermedad celíaca (EC), que afecta al 1% de la población, y, con menor frecuencia, la alergia alimentaria al trigo, del 0,4 al 1%.

¿Qué es el gluten?

El gluten es la principal proteína compleja del trigo y que también se encuentra en otros cereales, como la cebada y el centeno.  Es el responsable de la elasticidad de estos cereales.

¿A qué se debe?

En personas sanas el gluten no causa efectos, sin embargo, en un grupo de pacientes produce síntomas.  Las manifestaciones clínicas incluyen un amplio abanico de síntomas y signos clínicos, además de la variedad de síntomas digestivos con los que se puede presentar (vómitos, diarrea, estreñimiento, distensión abdominal, meteorismo, dispepsia, etc.). La gravedad o intensidad de los síntomas es variable.

¿Cómo se diagnóstica la intolerancia o sensibilidad al gluten?

Definimos la sensibilidad o intolerancia al gluten en aquellos casos de reacción al gluten en los que se ha descartado mecanismos alérgicos (alergia al trigo) y autoinmunes (enfermedad celíaca).

¿En qué consiste el tratamiento?

Consiste en dietas de eliminación del gluten con posterior reintroducción, observándose los cambios clínicos ocurridos en ambos períodos.   Algunos padres salen de la consulta con dudas acerca de qué alimentos darle a su hijo ya que parece que son muchos los alimentos que un paciente con sensibilidad al gluten no puede comer.

No se desespere: hay muchos alimentos sin gluten de forma natural que podrá utilizar en la dieta de su hijo.  Lo importante es que reciba una orientación adecuada para que su hijo no presente posteriormente alguna deficiencia de nutrientes.

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La Obesidad… un problema de peso

La obesidad ha aumentado en forma alarmante en los niños.  Es una enfermedad compleja, que se caracteriza por un incremento excesivo de grasa corporal sostenido en el tiempo.  Es de etiología multifactorial en donde participan factores genéticos, ambientales, metabólicos y conductuales. Estudios demuestran que los niños son más propensos a tener sobrepeso si sus parientes están similarmente afectados.

El aumento de la obesidad en niños y adolescentes está relacionado con un mayor consumo de alimentos hipercalóricos con abundantes grasas y azúcares, pero con escasas vitaminas, minerales y otros micronutrientes saludables.

Lejos de ser solo un problema estético o psicológico, las enfermedades asociadas a la obesidad están apareciendo cada vez a edades más tempranas, siendo las más frecuentes la hipertensión arterial, dislipidemia, resistencia insulínica y las complicaciones psicológicas.  

El tratamiento es complejo y está enfocado en la dieta, la actividad física y en el cambio de hábitos de toda la familia.

El tratamiento de la obesidad en los niños está enfocado en:

a) Disminuir la ingesta calórica, manteniendo una óptima ingesta de nutrientes para no afectar el crecimiento y desarrollo.  Si establecemos conductas sanas en nuestros hijos, es probable que en la adolescencia, y más aún en la edad adulta, las mantengan y prevengan así la obesidad y sus consecuencias.

b) Aumentar el gasto energético, disminuyendo las actividades sedentarias y aumentando la actividad física. 

c) Estimular a la familia para que apoye al niño y se integre al tratamiento.  Los niños aprenden e imitan los comportamientos que ven en su casa y los padres se convierten en los principales modelos por seguir. Por lo tanto, si los padres tienen una alimentación saludable, los hijos también comerán sano.

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Alergia Alimentaria

Los fenómenos alérgicos han aumentado en todo el mundo, incluyendo cuadros provocados por alimentos y aditivos.  Las reacciones adversas a alimentos son un motivo de consulta frecuente en pediatría. 

La alergia alimentaria es una reacción adversa a alimentos en las que se sospecha o identifica un mecanismo inmunológico. 

Los alimentos más reportados como causantes de alergia son las nueces, el maní, el huevo, leche de vaca, soja, trigo, pescados y mariscos. Sin embargo, se puede desarrollar alergia a cualquier alimento.

Por qué se producen 

Para el desarrollo de cualquier proceso alérgico es necesaria la interacción de una serie de factores, que incluyen un componente genético y otro ambiental.

Los síntomas pueden aparecer rápidamente, manifestándose a los pocos minutos o incluso durante la ingesta del alérgeno, o de forma tardía, revelándose a los pocos días o semanas de haber consumido el alimento que provoca la alergia.

Las pruebas diagnósticas para determinar los alimentos a los que un niño es alérgico va a depender del mecanismo inmune involucrado.

Cómo tratar este mal

El manejo de las alergias alimentarias es dietético. “Se deben excluir de la dieta, por un tiempo prolongado, los alimentos que causan estas reacciones para así evitar que el paciente vuelva a tenerlas. También hay que prescindir del consumo de productos que puedan provocar alergias cruzadas.

¿Qué hago si mi hijo es alérgico alimentario?  

• Consultar con un especialista para tener un diagnóstico claro y contar con un plan de acción ante una reacción alérgica.

• Ser estricto con la dieta. Se deben evitar los derivados –productos que se elaboran con el alimento que ocasiona las alergias. 

• Leer los rótulos de los alimentos cada vez que se compran para asegurarse de que no contengan el alimento al que el niño es alérgico.

• Es aconsejable almacenar por separado los alimentos del niño en tratamiento.

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Las golosinas… una dulce amenaza

El azúcar es uno de los ingredientes que, junto con otros hidratos de carbono, aportan energía a nuestro cuerpo. Durante la infancia, su consumo es muy importante, porque juega un papel fundamental en el desarrollo de los tejidos. Por ello, la clave no está en sacarla de la dieta, sino en saber consumirla con moderación.

Aquí les dejo algunos consejos para reducir el azúcar adicional que consumen sus hijos:

Sirva porciones pequeñas: No es necesario eliminar completamente los dulces y los postres, pero enseñe a sus hijos que las golosinas en cantidades pequeñas son suficientes. Use tazones y platos más pequeños para servir esos alimentos.

Beba juiciosamente: Las gaseosas y otros refrescos dulces contienen mucho más azúcar y más calorías. Cuando sus hijos tengan sed ofrézcales agua, 100% jugo o leche descremada con sabor.

Ofrezca recompensas que no sean golosinas: Al ofrecer alimentos como recompensas del buen comportamiento, los niños aprenden a pensar que algunos alimentos son mejores que otros. Recompense a sus hijos con palabras cariñosas y abrazos de consuelo, u ofrézcales otros artículos no comestibles como calcomanías para que se sientan especiales.

Frutas, el postre de todos los días: Sirva manzanas o peras asadas, o ensalada de frutas. También sirva sabrosas barras de jugo congelado (100% jugo) en lugar de postres con alto contenido de calorías.

Si no se comen sus comidas, no hay que darles dulces “extra”: Tenga en mente que los dulces o las galletitas no deben reemplazar los alimentos no consumidos a la hora de comer.

Anima a tus hijos a inventar nuevos snacks.  Haz tus propias mezclas de cereales integrales, frutas deshidratadas y frutos secos o semillas sin sal. Ofréceles a los niños los ingredientes y permíteles que escojan lo que quieran para su “nuevo” snack.

Evita pasar por las cajas con dispensadores de dulces.  Muchas tiendas y mercados tienen cajas para pagar donde no hay mostradores de dulces para ayudar a las mamás a salir. Mientras se espera en la fila es muy probable que los niños pidan el dulce que tienen tentándoles enfrente de ellos.

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